jueves, 11 de septiembre de 2008
Abril 2008 - Confianza y entrega
Al encontrarnos en el abrazo del tango ponemos el cuerpo, nos involucramos a nivel físico
y somos vulnerables. Hay un intenso intercambio de energía entre ambos participantes
y la higiene al compartir esta danza juega un rol fundamental.
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Históricamente los milongueros siempre fueron personas pulcras y cuidadas. Tienen gran conciencia de la importancia de su compostura y de oler bien a la hora de enfrentar una noche de abrazos tangueros. En pos de compartir este baile de a dos, es importante entrar en ciertos códigos que deben ser comunicados: aseo, un aliento fresco, ausencia de olor y transpiración excesivos.
El motor principal del baile social es compartirlo con el otro, disfrutar juntos y agradar a quien nos está abrazando. Hay una cuestión de confianza y entrega. Le damos la bienvenida a nuestro compañero de turno en cada tanda de baile. Ofrecemos el cuerpo de una manera total e intensa comprometiendo oído, vista, tacto y olfato. Por eso además de un buen abrazo, necesitamos, que huela bien. Los olores corporales podrían derribar la calidad de un buen bailarín o bailarina de un plumazo.
Quizás en otros países esta situación se viva de otra manera, acaso en otras culturas no les moleste… Pero estamos hablando de tango argentino, donde el abrazo puede ser muy estrecho, y la pulcritud y el buen aroma son fundamentales. Para nosotros los rioplatenses el cuidado personal y la coquetería forma parte de nuestros usos y costumbres. Somos capaces de bañarnos más de una vez por día, usamos perfumes, desodorantes, colonias, enjuague bucal…
Entregados al goce y al entusiasmo de bailar, a veces no advertimos que estamos empapados en sudor. Por eso, por respeto al otro, algunos personas que sudan mucho, llevan ropa para cambiarse, o dejan pasar una tanda para secarse y refrescarse. También hay hombres que llevan un pañuelo en su mano izquierda para evitar el contacto de las manos exudadas.
Aunque hablo desde mi posición de mujer, este tema no tiene género. Hombres y mujeres, todos debemos poner atención en esto. No es tan difícil: ducha, desodorante, ropa limpia, una pastilla de menta en la boca y, en lo posible, no exponerse a los aromas de las comidas que dejan en la ropa y en el pelo esa exótica “fragancia” a frito.
Un abrazo seco y que huela bien es definitivamente un buen comienzo. “Y la barra, completamente agradecida“ •
Copyright © El Tangauta 2008
Trusting and giving oneself
Upon finding ourselves in the embrace of tango we engage our body, we involve ourselves at a physical level and we are vulnerable. There is an intense exchange of energy between both participants and hygiene plays a fundamental role when sharing this dance.
Historically milongueros have always been immaculate people careful with their personal appearance. They are very conscious of the importance of their composure and of smelling good when getting ready to face a night of tango embraces. To share this dance of two, it is important to follow certain codes that should be communicated: neatness, fresh breath, absence of body odors and excessive perspiration.
The main reason for social dancing is to share it with someone else, to enjoy together and to please the person embracing us. There is an issue of trust and of giving oneself. With each tanda we welcome a new dance companion. We offer our bodies in a total and intense way, committing hearing, sight, touch and smell. Therefore we need for the embrace to smell good in addition to being good. Body odors will bring down the quality of a good male or female dancer in an instant.
Perhaps in other countries this situation is lived differently, perhaps in other cultures it is not a problem… But we are speaking of Argentine tango, where the embrace can be very close, and neatness and good aroma are fundamental. Personal care and being meticulous about our appearance is part of the culture in the Rio de la Plata. We may bathe even more than once a day; we use perfumes, deodorant, colognes, mouthwashes… Caught up in the enjoyment and the enthusiasm of dancing, at times we do not notice that we are soaked in sweat. That is why, out of respect for others, some people that sweat a lot, carry clothes to changed into, or they let a tanda go by without dancing to get dry and to be refreshed. Also there are men that carry a handkerchief in their left hand to avoid the contact of perspiring hands.
Although I speak from my female point of view, this subject applies to both genders. Men or women–we all should pay attention to this. It is not so difficult: shower, deodorant, clean clothes, a mint in the mouth and, if possible, not to expose ourselves to the “exotic” odor of frying food that stays in clothes and hair. A dry and pleasant smelling embrace is definitely a good start. And everybody else will be really grateful. •
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Publicado en El Tangauta - EDICION nro 162
Traducción: Dolores Longo.
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