jueves, 11 de septiembre de 2008

Mayo 2008 - Clases: niveles



En la enseñanza de tango, los profesores y alumnos se encuentran con la dificultad que genera la asistencia de personas con distintos niveles de baile a una misma clase. Es costumbre que las clases se estructuren en tres niveles: principiante, intermedio y avanzado.


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El tango argentino no es un baile académico, es un baile popular y la forma de enseñarlo es ecléctica. No se acostumbra que el maestro haga una preselección antes de las clases. Esta danza en pareja es exótica y magnética. Los intrincados movimientos de las piernas generan una fascinación a la cual muchos no pueden resistirse. Hay gran ansiedad e impaciencia por probar la complejidad del baile y no siempre hay conciencia de dónde se está parado en el proceso de aprendizaje. Esto puede complicar la fluidez del desarrollo de la lección, si es que está orientada a un nivel específico. Actualmente, en todas las latitudes hay gran demanda de clases y regularmente los maestros vemos gente que toma lecciones de un nivel para el cual aún no están preparados. Además, siendo un baile de a dos, la diferencia de niveles podría complicar el progreso de otro compañero o compañera de mayor experiencia.
El tango es una danza atractiva, sugerente, y quizás tienta experimentar las figuras llamativas inmediatamente, cuando aún no se han asimilado sólidamente las bases.
Es prioridad trabajar en la armonía de este sistema de baile desde el comienzo: equilibrio, coordinación, postura, abrazo y mecanismo de acción y reacción que genera todo el baile, los cambios de peso y de dirección, el pivot, etcétera. Ir construyendo desde lo mas sencillo, para luego ir evolucionando en la medida de las propias posibilidades. Cada uno debe apelar al sentido común para realizar la elección del nivel apropiado. Al transmitir los rudimentos de la danza, el profesor da explicaciones muy específicas sobre la esencia del baile y es muy útil aprovecharlas. Lo simple en la danza es un desafío. La lentitud brinda la posibilidad de verificar si se tiene equilibrio y si se pueden resolver las distintas instancias del baile.
¿Cómo darse cuenta de que se está asistiendo a una clase en el nivel correcto? La señal podría ser la frustración. Si ante reiterados intentos por hacer los pasos que marca el maestro, la frustración por no poder hacerlos persiste, posiblemente no se tenga el nivel necesario para realizarlos.
Tampoco hay que olvidar que la danza es goce, mejor ir avanzando de a poco para no perderlo. Y aunque se tenga un buen nivel de baile, es saludable volver periódicamente a revisar las bases. Visitar otros maestros nos puede dar enfoques diferentes del material elemental y así enriquecer nuestro baile.
Concluyendo, vale recordar la frase célebre que oía repetir al gran Virulazo: “el día que te creés que bailás bien, no aprendés más.”
Copyright © El Tangauta 2008


Classes: levels

In the teaching of tango, professors and students meet with the difficulty generated by the presence in the same class of people with different levels of dancing. It is customary for classes to be structured in three levels: beginner, intermediate and advanced.


Argentine tango is not an academic dance, it is a popular dance and the method for teaching it is eclectic. It is not usual for the teacher to do a pre-selection before the class. This partner dance is exotic and magnetic. The intricate movements of the legs generate a fascination, which is irresistible for many. There is great anxiety and impatience to test the complexity of the dance and not always is there a conscience of where one stands in the process of learning. This can complicate the flow of the lesson, if it is aimed to a specific level. At present, there is great demand for classes in all latitudes and regularly, as teachers, we see people who take lessons at a level for which they are not yet ready. Besides, as it is a partner dance, the disparity of levels could complicate the progress of a partner with greater experience.
Tango is a suggestive, attractive dance, and perhaps it tempts to experiment with dazzling figures immediately, when the basics have not been solidly absorbed yet. It is a priority to work in the harmony of this dance system from the beginning: balance, coordination, posture, embrace, the mechanics of action and reaction that generate the whole dance, the changes of weight and of direction, the pivot, etc. It is best to start simply and to build from there, evolving according to one’s possibilities. One should appeal to common sense to choose the appropriate level. When transmitting the rudiments of the dance, the teacher gives very specific explanations about its essence and it is very useful to take advantage of them. Simplicity in dancing is a challenge. Moving slowly offers the possibility to verify if one has balance and if the different instances of the dance can be resolved.
How can it be determined if one is attending a class at the right level? The sign could be frustration. If after repeated attempts to do the steps taught by the teacher, frustration about not being able to do them persists, it is possible that one does not have the level required for it.
Also, it should not be forgotten that dancing is enjoyment, better to go step by step in order not to miss out on it. And even if one has a good level of dancing, it is healthy to return periodically to review the basics. Visiting other teachers can give us different views of the elementary material and thus enrich our dance. In closing, it is worth to recall the famous phrase that I heard the great Virulazo repeat many times: "The day that you start to believe that you dance well, you stop learning.” •
Copyright © El Tangauta 2008

Publicado en El Tangauta - EDICION nro 163
Traducción: Dolores Longo.

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