lunes, 8 de septiembre de 2008
Octubre 2007 - Benditos adornos femeninos
En las clases de tango las mujeres ponen mucho énfasis en que las maestras les enseñemos adornos. O sea, los movimientos agregados con los pies al baile, que no sean, específicamente, responder a la propuesta de movimiento masculina.
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Percibo mucha ansiedad de gran parte del sector femenino asistente a nuestras clases, por aprender a hacer adornos. ¡Muchos, lindos, variados y lo más complejos posibles! Me ha pasado en tempranas épocas de mi carrera, el estar preocupada por cuántos adornos podía “meter” en el baile con mi compañero, sintiendo íntimamente que él siempre “hacía más” que yo. Todos pasamos por distintas facetas en el desarrollo de nuestro camino en el baile del tango. Es insoslayable la importancia del rol masculino en esta danza. La responsabilidad y complejidad de la parte creativa y la guía del baile la tiene el hombre y por esa razón también le es mucho más difícil su aprendizaje. En cuanto a los adornos masculinos, no hay mayores conflictos en un buen nivel de baile, ya que forman parte del todo y él los resuelve junto con las otras instancias a su cargo. Me refiero al baile improvisado de exhibición o social. Es prioridad trabajar en las facetas técnicas básicas del tango antes de dedicarnos a los adornos. Sin una buena base, equilibrio, conexión y respuesta al otro, no estamos preparadas para embellecer nuestra danza. Podemos dividir los adornos femeninos en dos grupos: los que hacemos durante el baile, que no deben interferir en la propuesta del hombre y, la otra variante sería, los momentos en donde el varón hace una pausa que habilita nuestra posibilidad de hacerlos.
Es importante estar atentas al entorno para captar el timing en el baile de pista, no extenderse por demás para no complicar el fluir de las parejas alrededor de la misma. Es bueno trabajar en que los adornos formen parte del baile global, que no se corte la energía al hacerlos y seguir estando conectadas con el compañero todo el tiempo. Elijan los que a cada una les viene cómodos, y mejor no repetir o copiar lo ajeno. En el tango es fundamental darle espacio a la creatividad para diferenciarse de los otros. A veces se ven mujeres que hacen demasiado, quizás eso es parte de esa ansiedad que mencione antes, y la pareja se ve desequilibrada. Esto, en términos generales, tampoco es conveniente. En lo profesional, hay una coreografía, entonces, el tiempo para los adornos femeninos se establece entre los integrantes de la pareja, ya que una vez fijada la misma, se repite siempre igual. Llega un momento en que una se relaja, ya no esta preocupada por cuántos y cuan variados adornos hace, y paradójicamente, comienzan a fluir con naturalidad, responden a una seguridad interna y un disfrute del rol que tiene el baile femenino.
Creo también que, muchas veces, menos es más… •
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Blessed female embellishments!
When taking tango classes women request a lot to be taught embellishments. That is to say, the foot movements added by women, that are not, specifically, a response to the movement proposed by the leader
I perceive a lot of anxiety in a great number of the women attending our classes to learn to do embellishments. Many, pretty, varied and as complex as possible! Early in my career, I was worried about how many decorations I was able “to put” in the dance with my partner, feeling intimately that he always “did more” than I. We all go through different stages in the development of our path to dancing tango. The importance of the male role in this dance is inescapable. The responsibility and complexity of the creative part and the leading of the dance lies with the man and for that reason also it is a lot more difficult for him to learn. As for the male embellishments, there isn’t a major conflict if he has a good dance level, since they form part of the whole and he resolves them along with the other instances he is in charge of. I am referring to improvised exhibition or social dancing. It is a priority to work on the basic technical facets of tango before devoting ourselves to decorations. Without a good base, balance, connection and response to our partner, we are not prepared to beautify our dance. We can divide female decorations in two groups: the ones that we do during the dance, that should not interfere with the man’s proposal and those we do at moments when the man pauses, giving us the opportunity to do them.
It is important to be alert to the environment and to grasp the timing in the dance floor, so as to not over–extend ourselves, complicating the flow of couples around it. It is good to work on decorations so that they form part of the global dance, without interrupting the energy by doing them and keeping the connection with the partner at all times. Choose the ones that feel comfortable to you, and it is better not to repeat or copy what others do. In tango is fundamental to give space to creativity to be different from others. At times one can see women that do too much, perhaps that is part of that anxiety that I mentioned before, and the couple is seen as unbalanced. This, in general terms, is not good either. At the professional level, there is a choreography, therefore the time for female decorations is established among the couple, since once set, it is repeated always the same. A time arrives when one relaxes, no longer worried about how many and how various embellishments one does, and paradoxically, they begin to flow naturally, they respond to an inner security and an enjoyment of the female dance role.
I believe also that, many times, less is more… •
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Publicado en El Tangauta - EDICION nro 156
Traducción: Dolores Longo.
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